Esme y la verdad

Reneesme estuvo unos diez minutos justos limpiándome la herida, cuando ella terminó Carlisle acababa de llegar a la Push.
-Bueno, ahora ya es cosa de mi abuelo,-Dijo sonriéndome.- cúrate pronto Leah.
-Gracias pequeña.-Le respondí.
Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla, después se marchó y entró Carlisle. Yo estaba tapada hasta el pecho con una manta, ya que Nessie me había ayudado a quitarme las ropas ensangrentadas.
-Bueno, ¿Cómo te encuentras?-Preguntó Carlisle.
-Me duele bastante la herida… Pero se puede soportar.
Me examinó la herida detenidamente y abrió su maletín sacando una venda.
-Reneesme ha hecho un gran trabajo, solo te pondré una venda para que no te estés mirando todo el rato la herida, que te conozco.-No pude evitar reírme por lo bajo.
Me empezó a envolver el hombro con la venda, cuando ya hubo terminado cortó lo que sobraba y me lo ató bien.
-Pues ya está, en un par de días estará completamente curado. Has tenido suerte de que no ha llegado a romper el hueso también.
No pude evitarlo, de mis ojos empezaron a salir lágrimas descontroladas, no podía parar de llorar.
-Leah… ¿Me puedes explicar que ha pasado?-Preguntó Carlisle seriamente.
-Jorge vio en mi pasado lo que descubrí ayer sobre él, se enfado… y acabó entrando en fase. Me atacó.
-Lo que no comprendo es… Porqué te atacó si viendo tu pasado pudo saber que no mentías.
-No lo sé, me trató de mentirosa, me dijo que lo había engañado…-Respondí entre sollozos.
-No te preocupes, ya hablaremos con el…
No respondí.
-Bueno, será mejor que me vaya, me está esperando Esme en la calle.
Eso me sorprendió.
-¿Esme? ¿Está aquí?
-Así es, se ha preocupado por ti… y no he podido decirle que no viniera, pero al llegar a dicho que prefería esperase a bajo, tenía miedo de que no quisieras que ella estuviera aquí.-Me explicó.
Esas palabras… Me hicieron sentir repugnancia a mí misma.
Esme, tenía un corazón bondadoso y especial, siempre se había preocupado por mí, y yo nunca se lo había agradecido.
-Dile que pase.
Carlisle se me quedó mirando fijamente y me sonrió, después se marcho a buscar a Esme.
Tras unos minutos sola en mi habitación picaron a la puerta.
-Adelante.-Dije.
La puerta se abrió y pude ver a Esme con una tierna sonrisa en su rostro con forma de corazón.
-Hola Esme.-Dije intentando ser amable, con una ancha sonrisa en mi rostro sudado por el dolor.
-Hola cariño. ¿Cómo estás?
-Dolorida… Pero bien. –Le dije en un susurro.
-Cariño… ¿Quién te ha hecho esto? –Preguntó preocupada.
-No… ¿Te lo han dicho?
Pregunté extrañada.
Ella negó con la cabeza mientras se sentaba en el borde de la cama cuidadosamente.
¿Cómo que no se lo habían dicho?
-Ha sido Jorge, el chico que estuvo el otro día en vuestra casa conmigo y Jacob.
Sus ojos se agrandaron como platos y su boca se abrió de par en par.
-Yo creía que te quería…
Eso me sorprendió muchísimo, ¿Cómo me iba a querer si nos conocemos de hace un día y poco más?
-Esme, lo conozco de un día y poco más.
Ella negó con la cabeza.
-Leah, Jorge es… Eliot.
Ahora me quedé de piedra. ¿Eliot? ¿Mi mejor amigo de la infancia? El que se marchó de la Push cuando tan solo teníamos cinco años…
-Eso no puede ser cierto.-Dije negando.
-Si es cierto. Se marchó con sus padres porqué ellos no aceptaban que su hijo tuviera los genes de licántropo, creían que así no llegaría a serlo nunca… Y le cambiaron el nombre por Jorge. –Me explicó Esme.
-Por eso Edward lo conoce de hace tanto tiempo… -Susurré para mí.
-Así es.
-¿Y él lo sabe eso?
-Solo sabe que había vivido en la Push hasta los cinco años y que tú eras su mejor amiga en ese entonces, no sabe nada más.