dissabte, 25 de juliol del 2009

Descubrimiento terrible




-¡Jake!-Sin pararme a pensar lo bien o mal que le sentaría a mi amigo, me lancé en sus brazos y le besé en la mejilla.
Había estado realmente preocupada por su estado de salud, y no me avergonzaba de ello. Jake era como un hermano para mí, además de mi mejor amigo, y si le pasaba algo, ahora ya tenía muy claro cuál sería mi reacción ante lo que sucediera.
Llevaba una gran gasa cubriéndole la herida del cuello, que por más que a primera vista daba realmente razones para preocuparse, ahora, ya cubierta por esa fina gasa color blanco, no parecía ser tan grave como en realidad lo era.
Mis lágrimas caían por mi rostro, deslizándose hasta detenerse en mis labios, también húmedos, ya que por los nervios había estado mordiéndome el labio inferior constantemente.
-Tranquila Leah, que no es para tanto.-Rió Jake al verme tan preocupada.
Me separé un poco de el mirándolo incrédula. Él siempre tan despreocupado…
-¿Qué no es para tanto?-Lo fulminé con la mirada.-Dime otra vez que no es para tanto. Dime que todo esto es puro teatro y que el macho alfa de la manada no te ha atacado tan brutalmente, que lo que tienes en el cuello es maquillaje especial para heridas,-Señalé su cuello.- y que te has hecho el inconsciente para preocuparme.-Tuve que respirar hondo para tranquilizarme.
Jacob, cabizbajo, se dirigió al sofá del salón de los Cullen a sentarse, cuando se hubo dejado caer contra este, Nessie se tiró en sus brazos a abrazarlo mientras sollozaba.
-Jake, me he asustado mucho. Te quiero, te quiero, te quiero.-Dijo con voz temblorosa mientras lo abrazaba con fuerza.
La familia Cullen no se esperaba que la pequeña dijera eso, por lo que se pusieron un poco nerviosos. Cada día estaba más grande, ahora, ya no aparentaba seis o siete años, aparentaba los catorce. Era de suponer que los Cullen comenzaran a preocuparse por la imprimación que tenía Jake con la pequeña, y que ella le dijera que le quería, no ayudaba demasiado.
Jacob ante semejante demostración de cariño por parte de Nessie, al principio se quedó rígido, ya que no se esperaba esas palabras de la niña, pero después, cuando pudo reaccionar la rodeó con sus musculosos brazos y con la mirada fija en sus ojos marrón color chocolate y una sonrisa torcida de esas tan irresistibles, habló.
-Yo también te quiero Ness, y no te preocupes por mí. Soy fuerte.-Se dio un golpecito en mismo contra el pecho haciéndose el tipo duro.
Reneesme le sonrió ampliamente y lo volvió a abrazar. Su cabello acaramelado le caía en forma de tirabuzones sobre los hombros desnudos, al llevas un jersey sin tirantes y sobre el pecho. Sus ojos marrón chocolate brillaban con tal intensidad que incluso yo misma me sentía incomoda presenciando ese momento.
Respiré hondo, y sin pensármelo dos veces, cogí a Eliot de la mano, y juntos nos acerquemos al sofá donde Jake estaba sentado con Ness en su regazo. Eliot se sentó y se dio unas palmaditas en sus piernas para que me sentara sobre él. Tras sentarme, me giré hacia Jake y Ness y los contemplé a ambos con total seriedad. El resto de los presentes, se ya se habían percatado de cuál era mi intención y se aproximaron al sofá para estar más atentos.
-Jake, nos… ¿puedes contar que ha pasado? Realmente que estoy perpleja, me siento como un pato mareado, no sé qué creer, que hacer, ni que decir.-Dejé caer mis hombros lentamente hasta que mi espalda quedó curvada hacia delante, y todos nos quedemos en silencio, incluso tuve la sensación de que los Cullen habían dejado de respirar.
Jacob me miró seriamente, inspiró y expiró y se dispuso a hablar.
-Sinceramente Leah, ni yo mismo sé que es lo que ha ocurrido en el bosque.-Acarició el pelo de Reneesme.- Ness y yo íbamos paseando mientras reíamos de mis tonterías, como siempre, y de la nada, ha aparecido Sam, ya con su forma lobuna. Ha sido tan repentino que no he podido entrar en fase, después, ya no recuerdo más.-Negó con la cabeza.
Decepcionada por no haber podido averiguar más de lo que ya sabía, agaché la cabeza y comencé a acariciar la mano de Eliot que me tenía rodeada, mientras miraba nuestras manos entrelazadas.
-Había un vampiro.-Las palabras pronunciadas por Reneesme hicieron que todos la miráramos perplejos.
-¿Un vampiro, Ness? No lo recuerdo…-Negó Jake.
-Sí, cuando tú quedaste tendido en el suelo e inconsciente, se acercó a Sam y le dio una patada mientras le decía “Bien hecho, perro” después, se marchó.
-¿Estás segura de que era un vampiro Reneesme?-Pregunté impaciente por saber más.
-Lo cierto… Es que su corazón aun latía, pero su piel era pálida, sus ojos de un verde intenso muy peculiar… Su aroma era… distinto.-Agachó la cabeza.
-¿Un semi vampiro?-Gritó Edward alarmado.
-Si.-Susurró Nessie.
-Nessie, ¿me enseñas las imágenes?- Al decir ojos verdes, me apareció en la mente la imagen del chico castaño de mi sueño.
Ness puso su mano en mi mejilla. Una sensación de mareo y nauseas se apoderó de mi cuerpo, para después llevarme al lugar de los hechos y presenciar lo ocurrido.
Un chico castaño, con el pelo cortó igual que Jake, sus ojos verdes miraban tristemente a Jacob, tendido en el suelo, y después tras pegarle la patada al gran lobo, Sam, una lágrima caía por su mejilla.
Me separé bruscamente de la mano de Reneesme, sin importarme lo que pensara ella el respecto, y levantándome rápidamente, salí corriendo de la mansión, adentrándome en la maleza del bosque, corriendo sin ningún rumbo fijo, pero esperando que nadie me siguiera. Al llegar al riachuelo, me senté en una roca cercana al agua, y me quedé pensativa, mientras las lágrimas caían por mi rostro sin poder detenerlas.
-Es el… El chico de mi sueño. ¿Por qué?-Me dije a mi misma mientras seguía llorando desesperadamente.

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