diumenge, 11 d’octubre del 2009

Dudas



NARRA ELIOT
Una de dos, o Leah había desaparecido o se había fugado. En cierto modo, no me hacía gracia ninguna de las dos opciones, pues si había desaparecido, podía estar en grave peligro, y si se había marchado, era porque quería alejarse de todos…
-Eliot, ¿quieres dejar de gritar en vez de pensar normal?-Dijo Edward enfurruñado, pero sin mirarme a los ojos, como hacía desde que había venido a visitar a Leah.
Todo era muy extraño, Carlisle y Edward evitaban mi mirada, como si quisieran ocultarme algo, como si ellos supieran el porqué de la repentina desaparición de Leah… Pero no podía hacer nada por adivinar la razón de su extraño comportamiento, pues si no mantenía contacto visual con la persona al menos durante unos largos segundos, no podía llegar a ver nada.
Llevaba más de cinco horas sentado en el sofá aterciopelado de los Cullen, esperando un milagro, esperando ver a Leah entrar por la puerta como si nada, pero las esperanzas se desvanecían por momentos. A pesar de que la esperanza ya estaba a punto de agotarse, seguía sentado en el sofá, con los brazos cruzados sobre mi pecho desnudo, mirando un punto fijo, mirando por la gran vidriera del salón, hacia el bosque…
Hacia un par de horas, había notado movimientos extraños en el bosque, pero en vez de ir yo, Edward dijo que el mismo se encargaría de averiguar, ya que ese era su terreno, cosa que me pareció extraña y sospechosa...
Todos los Cullen, a pesar de no cansarse, y de poder estar quietos durante todo el día sin moverse, sin parpadear, sin respirar… estaban muy nerviosos, dando vueltas de una punta a otra del salón, subiendo y bajando las escaleras, incluso Alice me había pedido que me quedara a su lado, para tapar sus visiones de cosas sin importancia, porque le dolía demasiado la cabeza, ya que quería saber de Leah, pero al ser licántropo, no tenía el privilegio de tener visiones sobre ella.
Jacob había venido a la mansión una hora más tarde de que llegara yo, y al enterarse de que Leah no estaba, se había puesto histérico.
FLASHBACK
-Eliot cálmate.-Dijo Esme, acercándose a mí y apretándome el brazo para reconfortarme.-Aparecerá, ya lo verás.
-Como me voy a clamar Esme… ha desaparecido, y no sé si se trata de eso, o que ha huido por alguna razón.-Me tapé la cara con las manos.
Permanecí en silencio durante media hora, sentado en la cama en la que Leah se suponía que tenía que estar recostada, recuperando fuerzas… poniéndose bien, mientras observaba el lugar con atención, buscando algún indicio, algo que me dijera que es lo que realmente había sucedido, pero no encontré nada... solo un olor extraño que a la vez me resultaba familiar, pero que no lograba entender porqué.
-¡Como que Leah se ha marchado!-La voz de Jacob me sacó de mis cavilaciones haciendo que me pusiera más nervios de lo que ya estaba.
Entró en la habitación de Alice, donde yo me encontraba temblando como nunca, seguido por Alice y Jasper, quien intentaba calmarlo con su don.
-Oye chucho, quieres dejar de gritar.-Dijo Edward, entrando por el balcón como si nada.-Se te oye desde el rio.
-¿A si? Y se puede saber, que hacías en el rio.-Dijo secamente.
-Buscar a tu queridísima amiga.-Dijo refunfuñando.
-Cerrar el pico.-Dije tajante.-Pelearnos no servirá para nada.
FIN DEL FLASHBACK
Jacob había llamado a Seth, convencido de que si Leah se había marchado él lo sabría, pero… la verdad le había golpeado en la cara.
Seth no soltó prenda, ni tan solo se mostró preocupado.
Estaba completamente seguro de que había ocurrido algo, tal vez por eso Leah se había marchado, o por eso se la habían llevado… No sabía el que, pero lo iba a averiguar como fuera.
La puerta del salón de los Cullen se abrió de par en par con un gran estruendo, dando un golpe contra la pared, me giré precipitadamente para saber qué rayos pasaba, cuando me encontré junto a mí a Jacob y Paul mirándome con preocupación. Sin poder evitarlo, mi don se activó y en sus miradas pude ver lo que había ocurrido, la razón por la que estaban aquí.
-¡Sam atacó a Seth!-Dije alarmado, mientras ambos asentían.
Ambos se sentaron en el sofá junto a mí, Edward y Carlisle se acercaron para saber que ocurría, al igual que los demás Cullen.
-Anoche, Paul y yo salimos a hacer guardia, nos dirigíamos al bosque por la entrada que hay en la playa, cuando sentimos a Seth y a Sam discutiendo.-Comentó Jacob.
-Fuimos lo más rápido que pudimos, y al llegar, el panorama que había era alucinante.-Tragó saliva Paul.-Sam agarraba a Seth del cuello, sosteniéndolo en el aire, el pobre se estaba poniendo morado al no poder respirar.
CUENTA LEAH
Por mi cabeza pasaban una y otra vez las opciones que tenia, mientras me comía ese delicioso caldo que había preparado Carla, ya que al estar de siete meses, no podía comer gran cosa. Las nauseas eran algo normal en la rutina de cada día, por eso Carla, se ocupaba de preparar ella siempre la comida, porque a mí, me daba asco y ganas de vomitar manipular la carne o incluso la pasta.
Llevaba aproximadamente unos tres meses viviendo ahí con la amiga de mi hermano, y la verdad es que ambas nos habíamos convertido en las mejores amigas.
-Leah, ¿Qué te parece si nos vamos de compras, para la ropita de la niña?-Dijo emocionada.
Si, ahora ya sabía lo que iba a ser mi bebé. Una niña…
La ilusión cada vez crecía dentro de mí con más fuerza, el vientre ahora se notaba demasiado, pero eso me ponía contenta, porque eso significaba que dentro de poco, tendría a mi pequeña entre mis brazos.

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