Nos acerquemos al porche de la casa, decorado con miles de plantas y flores muy coloridas y alegres.
Si me paraba a pensar… era la primera vez que veía una casa tan bonita, tan cuidada y decorada en Forks.
Seth alzó una de sus manos, y picó a la puerta con un par de golpes bastante sonoros.
-¡Ya va!-Gritó una voz femenina.
Seth decidió hacerse el sordo, y volvió a picar, esta vez más fuerte.
-Seth no me seas pesado.-Reí por lo bajo.
-¡Que ya va!-Volvió a gritar la chica.
Se escucharon los pasos, que venían a la carrera para abrir la puerta, y como murmuraba.
-¿Qué estás sordo? Mira que eres pesado…-Abrió la puerta de par en par, mientras miraba al suelo, y después alzó la cabeza mirándonos a los tres.
Era una chica de estatura normal, delgadita y con el pelo largo, liso y brillante, castaño. Sus ojos negros miraron intensamente a mi hermano, quien la miraba con una sonrisa picara en el rostro.
-¡Seth!-Sonrió ampliamente y lo besó en la mejilla tiernamente.
-Ey Carla.-Mi hermano le guiñó un ojo.
Carla me miró a mí, sin saber quién era, además de que iba en brazos de Seth, hecha un ovillo y después miró a Tyler, curiosa, deseando saber quien éramos.
-Ah sí, se me olvidaba.-Rió Seth.-Esta es mi hermana Leah, y su novio Tyler.
-Perfecto Seth.-Me quejé.-Te olvidas de mí, cuando me llevas a cuestas.-Le saqué la lengua.
-Vaya, ¿se han cambiado los papeles?-Rió Carla.-Te lleva en brazos tu hermano y no tu novio.
-Es que esta destemplada.-Seth se encogió de hombros.
-Ah claro, que tu eres como una estufa.-Rió Carla.
Miré a mi hermano sin comprender como es que ella sabia eso, entonces, ella respondió a mi pregunta no formulada, la que iba para Seth.
-No te preocupes, se lo que es.-Me sonrió.-Guardo su secreto desde hace tiempo.
-Entonces deberás guardar el mío también.-Le sonreí intentando ser simpática.-Bueno, los míos… -Le mostré la barriga, la cual ella miró sorprendida.
-Bueno, ¿podemos pasar?-Preguntó Seth.
-Si claro, adelante.-Sonrió de nuevo.
¿No le dolían las comisuras de los labios de tanto sonreír? Me pregunté a mí misma.
Seth entró en la casa, con Tyler siguiéndolo por detrás. Carla cerró la puerta y nos dirigimos al comedor.
No podía dejar de mirar asombrada la casa, pues estaba muy bien decorada. Carla tenía muy buen gusto.
El salón estaba pintado de color azul, un azul suave realmente bonito, y los sofás, eran de aspecto y tacto aterciopelado y color azul oscuro. Las cortinas blancas dejaban que la luz entrara en el salón sin molestar demasiado con su claridad, y el centro de mesa con flores secas era perfumado.
Seth me dejó en el sofá cuidadosamente, sentándose a mi lado, y Tyler al otro costado.
Carla se sentó en el brazo del sofá, pero Seth la cogió sentándola en su regazo.
-¿Y qué os trae por aquí?-Preguntó Carla.
-Te quería pedir un favor.-Dijo Seth mirándome a mí.
Me sentía algo incomoda, pues no me parecía muy buena idea molestar a alguien que ni tan solo conocía de hace un par de minutos, para pedirle si me podía quedar a vivir aquí durante un tiempo…
-Va, suéltalo.-Le removió el pelo a mi hermano, dejándolo despeinado.
-Oh Carla.-Seth la fulminó con la mirada sonriendo pícaramente.-Sabes que odio que me despeines.
-Si, por eso lo ago.-Ambos rieron a carcajadas.
-Verás… mi hermana tiene problemas, y… me la he encontrado en el bosque.-Tragó saliva.-Se quería marchar de casa… en su estado.-Miró a Carla suplicante. -Quería saber, si podrías dejar que se quede un tiempo aquí.
Carla me miró sonriente.
-¡Claro! Así tengo una nueva amiga.-Sonrió.
-No… quiero ser una molesta.-Mustié.
-No lo eres Leah, eres hermana de mi mejor amigo… estás en tu casa.
-Muchas gracias.-Le sonreí débilmente.
El móvil de Seth comenzó a sonar, y yo me puse muy nerviosa… ¿Quién podría llamarlo a las diez de la noche?
Seth, precavidamente posó su dedo índice en sus labios, para hacernos entender que nos quedáramos en silencio y descolgó el teléfono.
-¿Diga?-Mi oído agudizado me permitía escuchar quien había al otro lado del teléfono.
-¡Seth!-Gritó Jacob. -¿Has visto a tu hermana? Ha desaparecido.
Jacob…
Las ganas de arrancarle el teléfono de las manos y decirle que estaba bien, que no se preocupara… darle la dirección de la casa para que viniera a verme… eran cada vez mayores, pero no podía decírselo… no por ahora.
Si se lo decía me arriesgaba a que se enteraran todos.
dimecres, 23 de setembre del 2009
La amiga de Seth
3:18 Publicado por perfect__taylorEtiquetas: capitulo31
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